Roma y su ritual funerario (esclavos y patricios)

Roma antigua en nuestra historia.

Todo lo que significa la Roma clásica para nosotros es muy importante. La antigua Roma arquitectónica todos la conocemos. El coliseo es una imagen que aunque no hayas visitado esta ciudad italiana tienes siempre en la retina por la cantidad de imágenes que circulan por el mundo.

Pero más allá de los restos arqueológicos que nos ha dejado demostrando su grandeza hay otros vestigios más importantes sin duda.

La cultura romana es la culminación de toda una cultura mediterránea que anteriormente estaba liderada por la Grecia Clásica y que, con algunas diferencias continua la Roma antigua.

En muchos aspectos tanto culturales como políticos Roma es la madre de la civilización europea contemporánea. Vamos a ver si su rito funerario tiene algo que ver con el nuestro.

Roma tiene diferentes clases sociales.

Aunque Roma y la Europa actual tienen aspectos en común hay otros sin duda que no lo son. El tiempo ha avanzado y hace más de dos mil años había aspectos culturales que hoy consideraríamos inapropiados como poco.

En Roma la clase social a la que pertenecías era muy importante y marcaba tu vida para siempre.

Patricios.

En el extremo superior del escalafón teníamos a los patricios. Era la clase privilegiada y poderosa por nacimiento. Todos aquellos personajes históricos  que conozcaís de la Roma clásica, salvo honrosas excepciones, pertenecían a esta clase social.

Ellos eran dueños de los puestos más altos en la administración romana, de los grandes negocios.

Por debajo de ellos estaban los plebeyos. Personas que no siendo esclavos no tenían los mismos derechos en Roma que los patricios.

Los esclavos romanos.

Las conquistas romanas son ampliamente conocidas en todo el mundo. Roma creó un Imperio sin parangón que tuvo bajo su yugo a gran parte de Europa y todo el mediterráneo y más allá.

En el último escalón del escalafón social romano estaban los esclavos. Para un ciudadano de Roma un esclavo no tenía el grado de persona. Era un útil, un objeto más que le pertenecía al igual que un carro o un caballo.

En los enterramientos esto también era claramente visible. Vamos a verlo.

Incineración e inhumación en la Roma clásica.

Roma ha sido una de las pocas culturas en que han convivido a la vez la incineración y la inhumación.

Realmente el entierro clásico romano consistía en la incineración del cuerpo. Pero un imperio es sacudido por influencias de múltiples culturas que están bajo su dominio.

De esta manera a través del conocimiento de la inhumación por los judíos, los fenicios o los árabes, ciertas personas optaban por esta opción al dejar nuestro mundo.

Hay que decir que cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial romana la incineración fue desapareciendo hasta llegar finalmente a ser prohibida.

Entierros en la antigua Roma.

A pesar de todas las diferencias sociales comentadas, el entierro en Roma, su procedimiento y ritual, era bastante similar entre todos.

Para un ciudadano de Roma era muy importante estar al lado de la persona que iba a fallecer en el momento que iba a morir. Porque os preguntaréis. Para ellos el alma de la persona abandonaba el cuerpo en el último suspiro. Alguien tenía que encargarse de recogerlo en ese momento y asegurarse de que realmente había fallecido.

Conclamatio.

Para asegurarse de que había muerto se daba este ritual llamado conclamatio. Consistía en pronunciar en voz alta y por tres veces el nombre del difunto. Al no contestar ni despertar se daba por supuesto que la muerte se había producido.

Preparación del cadáver.

Antes de mostrar el cadáver en el velatorio había diversas acciones ineludibles que había que realizar. Vamos a saber cuales eran.

La primera acción era la de purificar el cuerpo. En Roma, como en otras culturas y religiones y culturas actuales, el cadáver se lavado. En el caso de Roma el lavado se hace en el propio domicilio del difunto por parte de la familia.

Después de lavado el cuerpo es ungido con diversas sustancias con el fin de perfumarlo.

Por último se viste al difunto con sus mejores galas. En el caso de un patricio se trataría de su mejor toga. Cuanto más bajemos en las clases sociales peor será la vestimenta del fallecido.

Velatorio romano.

Una vez realizado el procedimiento anterior se puede velar el cadáver. Para ello este debe ser colocado en el atrio de su casa. Es muy importante que los pies siempre estén mirando a la puerta. El cuerpo debe estar rodeado de coronas y ramos de flores.

En Roma lo que si estaba prohibido por ley eran los lujos en los funerales. Solo se colocaba sobre el rostro del fallecido una o dos monedas. Estas monedas servirían para pagar al barquero Caronte que a través de la laguna Estigia le llevaría a la otra orilla, al mundo de los muertos.

Esta moneda podía estar colocada en la boca o en los ojos.

Este momento era también aprovechado para realizar una máscara de cera del difunto. Con ella se realizaría un busto posteriormente. Este busto era obligado en cualquier hogar romano.

Procesión funeral en Roma.

Tras la primera noche de velatorio en el domicilio se iniciaba, al día siguiente la procesión hacia el cementerio. En Roma se hacía a través de una procesión. Cuanto más multitudinaria más importancia tenía la persona que se iba a enterrar.

Por eso además de la familia, que iniciaba la procesión, podían contratarse profesionales para estos momentos.

Como hemos dicho los primeros eran los familiares que portaban máscaras de otros difuntos de la familia. Pero tras ellos podíamos encontrarnos músicos, plañideras y otros actores.

Las necrópolis romanas.

Aprovecho este momento para hacer un paréntesis. Por ley los cementerios romanos no podía estar dentro de la ciudad. Pero en Roma no estaban alejado y apartados como suele suceder hoy en día.

Los cementerios romanos se colocaban cerca de las carreteras o al borde de los caminos. Así los muertos estarían más cerca de los vivos.

Hasta ahí iba la procesión del entierro.

El entierro.

Cuando se llegaba al cementerio se procedía al entierro. Pero era algo diferente al nuestro. Allí se celebraban unas ceremonias que en algunos casos podía llegar a los nueve días.

Entre las celebraciones había un banquete al que era invitado el propio difunto al que se le dejaba comida. Una vez terminada esta parte comenzaba la etapa de duelo.

Duelo.

El duelo como es comprensible era diferente según el parentesco y cercanía con la persona enterrada. También influía el sexo, así en caso de ser hombre la mujer era la que más tiempo lo llevaba.

Formas de entierro en Roma.

Columbarios.

Como os hemos dicho más arriba la forma tradicional de entierro en la Roma clásica era la cremación. En Roma se producía en una pira funeraria.

Los restos de todos aquellos que eran incinerados reposaban en los llamados columbarios. Los columbarios eran muy parecidos a los que hoy en día hay en nuestros cementerios. La única diferencia son los materiales empleados. Estamos en otros tiempos.

Inhumación.

Pero como también hemos dicho cada vez era más común la inhumación. En este caso la clase social a la que se pertenecía era también muy importante para diferenciar cada tumba.

Los esclavos, en el peor de los casos eran enterrados en fosas (ya hemos dicho que no eran considerados personas).

A partir de ahí lo más sencillo, para los más pobres, era un caja de madera que se usaba a modo de ataúd.

Lo habitual era que estos fueran de obra o piedra. Esta tumba de obra podía tener forma de caja, o ser de doble vertiente. La de doble vertiente en lugar de techo estaba formada por dos losas similares al tejado de una casa. De esta forma vista de frente tenía forma de triángulo.

A los más pequeños se los enterraba en ánforas. Un tipo de recipiente muy utilizado en la Roma Clásica.

En cuanto al lugar de reposo era algo parecido a nuestros cementerios. Los más pobres se conformaban con una tumba realizada en la tierra. Cuanto más rico y poderoso era el muerto mejor era su lugar de descanso. Así podemos llegar a ver lujosos mausoleos romanos de las familiar más importantes.

Herencia romana.

Ya habéis visto por encima como era el ritual funerario romano. De sus costumbres algunas han sobrevivido hasta nuestros días. Otras sin embargo han desaparecido básicamente por cuestiones religiosas.