Las plañideras en España
Las plañideras en la historia
Las plañideras han sido a lo largo de la historia aquellas mujeres que a cambio de algún tipo de pago, acudían los velatorios para llorar al muerto. Según épocas y lugares se hacia de una u otra forma. Lo habitual es que lo hicieran con ostentosos gestos para demostrar lo querido que era el difunto. En nuestro país también podían rezar rosarios y tener algunas otras funciones durante el duelo.
Las plañideras en Egipto
Pero vamos a situar a las plañideras a lo largo de la historia. Su origen se remonta al antiguo Egipto donde encontramos escenas reflejando a las plañideras en diversas tumbas del Reino Nuevo. Un ejemplo claro es la de Amenhotep III. Eran las llamadas cantoras de la diosa Hathor. Se distinguían por ir delante del cortejo fúnebre con una vestimenta de color gris azulado. Durante este trayecto continuaban mostrando de diversas maneras el dolor por la muerte del difunto. Podían llegar a arrancarse cabellos (se ha documentado que en ocasiones eran pelucas). También podían darse fuertes golpes en el pecho que podía quedar al descubierto, dar gritos y gemidos o incluso danzar.
Por supuesto cuanto mayor era la importancia o poder del difunto mayor era el número de plañideras que se contrataban para acompañarlo y así más lágrimas se podían derramar en el lacrimatorio, este era un recipiente en el que depositaban sus lágrimas para que los dioses vieran el sentimiento que había causado la muerte de esa persona.
Las Plañideras en la antigua Grecia y Roma
Posteriormente tanto en la antigua Grecia como en Roma existía este papel. A pesar de que en el mundo griego solo se permitía estar en los velatorios a las parientas próximas si que se contrataban a las conocidas vociferadoras griegas que se alisaban el pelo delante del cadáver.
En Roma las plañideras estaban al mando de la praefica. Esta era la que elevaba o bajaba el tono del lamento según conviniera en cada momento.
En la comitiva funeraria iban detrás de los portadores de antorchas alabando al muerto. Con el pelo suelto en señal de luto podían llegar a rasgarse la ropa o arañarse. Se conocen casos en que se hacia una dramatización de la vida del fallecido para así poder loar sus virtudes.
Las plañideras en la Edad Media
A lo largo de la Edad Media en Europa se conoce tanto en el mundo cristiano como musulmán la existencia de este tipo de mujeres que acudían a los velatorios y funerales. Es cierto que las muestras de dolor eran mucho más evidentes cuanto más nos remontemos en el tiempo. Estas muestras de dolor se realizaban a través de sus llantos y gritos.
Finalmente en ambas religiones se llegó a su prohibición en mayor o menor grado. Fue pionero en esta reprobación el mundo musulmán. A pesar de estar permitido tenía la plañidera algunos derechos cercenados como por ejemplo el declarar en un juicio.
En el mundo cristiano no llega la prohibición hasta el siglo XVIII y es a través de la Iglesia. Se supone que la mujer debe tener un comportamiento recatado y solemne. Las plañideras suponen todo lo contrario. Se llegó incluso, en el ámbito católico, a amenazar con la excomunión a estas mujeres poniéndolas a la misma altura de las prostitutas.
Las plañideras: su ocaso durante el siglo XIX
Aún así es conocida su existencia a lo largo de toda la geografía española con diferentes nombres. Se las conoce como choronas en Galicia o eristoriak en Euskadi por ejemplo. Incluso en algunos sitios lo hacían algunos hombres como los ploracossos catalanes.
A lo largo del siglo XIX se va perdiendo su importancia hasta casi desaparecer en la actualidad, aunque si usted quiere puede conseguirlas hoy en día a través de algunas webs. Es tan fácil contratar una plañidera como encargar una corona de flores.