Niños en el entierro ¿Cómo los preparamos?
9 pautas a seguir si los niños desean acudir a un funeral
En el artículo sobre si los niños deben acudir a un funeral intentamos ayudar a los adultos a decidir si es mejor que vayan o no. Si finalmente nuestra opinión es favorable a su presencia debe quedarnos muy claro que la última palabra siempre la tiene el menor. Si a pesar de que nosotros creamos que es positivo que vaya al sepelio el niño o niña decide por cualquier razón que su pequeño cerebro le indique que no quiere acudir, jamás debemos obligarle.
Vamos a ponernos ahora en la situación de que el niño desea acudir. Como es natural no es una situación a la que estemos habituados, y por lo tanto es posible que no sepamos cual es la manera de actuar. Vamos a dar algunos consejos que os van a ayudar.
Como percibe la muerte un niño según su edad.
Cada niño es diferente. Así unos maduran antes y otros después, y un niño puede comprender unos conceptos y otros no. Pero la evolución del menor es más o menos pareja así que depende de la edad su actitud será una u otra.
Los profesionales están de acuerdo en que la edad en que los niños pueden estar capacitados para acudir a este tipo de citas es alrededor de los seis o siete años. Hasta los tres años los niños ni entienden el concepto de muerte ni sus consecuencias irreversibles. Lo único que podemos hacer es intentar explicarles que esa persona que tanto quieren no va a volver porque ha muerto. No es recomendable que vaya al tanatorio o la ceremonia porque lo más probable es que se ponga nervioso ante lo que ven y acaben llorando.
A partir de esa edad y hasta los seis años las cosas cambian algo. Aquí a los pequeños se le debe explicar con sumo cuidado cual es la situación. Una mala explicación puede ser contraproducente. Debemos explicarles a los niños cuales son las consecuencias de la muerte. Algunos consideran que puede ser una especie de castigo sino lo explicamos de forma clara. Lo mejor es decirles que es un hecho físico y que su cuerpo ha dejado de funcionar, por ejemplo. Si es maduro podemos plantearnos que acuda, pero debe tomar la decisión la criatura.
A partir de los 6 años si que es recomendable que acudan los niños al funeral si quieren. En este momento comienzan a tener una visión más exacta de lo que es y supone la muerte. Es a partir de los 9 años que su concepto de la muerte es similar al de los adultos.
Como se lo explicamos al niño
Tampoco debemos reprimir sus emociones. Si ,contagiado por el ambiente que le rodea o porque le surge la necesidad, en algún momento de llorar no se lo debemos impedir. Es una reacción muy natural ya no solo en el menor, sino en el adulto. Jamás se nos ocurriría decirle a otra persona que no lo hiciese porque se lo vamos a decir a ellos.
Nunca debemos dejarles solo. Lo mejor es que su primer contacto con el velatorio sea en un momento con poca gente. Si acudimos con él cuando hay un gran gentío experimentarán cierto shock. Y nunca dejemos solos a los niños. Si debemos apartarnos de ellos en algún momento dejemos a otro adulto a su cargo en el que confiemos.
Cuando hayan decidido ir explícale claramente donde van a ir, que se van a encontrar tanto en el velatorio, como en el funeral o en el cementerio. Explícales también que puede encontrar a personas muy tristes, que alguna de ellas parecerá enfadada y que puede que lloren o tengan alguna reacción que para su entendimiento puede ser sorprendente.
Dale unos momentos para que asuman la noticia. Cada persona, ya sea adulto o niño, asimila este momento de diversas maneras. No intentes de ninguna manera acelerar su proceso porque nunca será positivo. Cuando estén preparados tomarán su decisión.
Intenta que los niños entiendan exactamente que es lo que ha sucedido. Hay una persona a la que ellos quieren o aprecian que ha muerto. No emplees eufemismos ni frases ambiguas. Los niños son perfectamente capaces de entender lo que pasa y asumirlo con toda naturalidad.
Como actuar en el tanatorio o funeral
No les obligues nunca a ir donde no quieren. Si los niños no desean ir es porque no están preparados. Si su decisión es esa respétala ya que el obligarles a ir a un velatorio puede tener consecuencias a largo plazo.
Los niños tendrán muchas preguntas que hacerte sobre muchas cosas que pasen por su cabeza. No rehuyas ninguna, intenta explicarles de la manera más clara y sencilla posible lo que les inquiete. Ellos perciben que si ha muerto una persona sus progenitores también pueden desaparecer y eso les asusta.
Debemos hacerles saber que en cualquier momento que deseen puede abandonar el recinto y marcharse. Hace un gran esfuerzo por acudir a esta despedida pero a lo mejor se agobia o quiere irse por alguna razón. No se lo impidamos.
En algún momento y para despedirse o simplemente porque lo necesita nos puede hacer alguna petición sorprendente. Quizás ve flores cerca del fallecido y deseé acercarle una al ataúd o solo acercarse para tocarlo. No va a pasar nada por que lo haga siempre que sea por su propia voluntad.
Los niños toman la decisión
Estos son los consejos básicos a seguir si un pequeño desea acudir a un funeral o un entierro. Pero lo más importante, y seguimos insistiendo en ello, es que lo decida él. Ya sea para acudir o no acudir el participar en esa decisión le hará sentirse más importante en el núcleo familiar. En ese caso lo que pensamos que puede ser contraproducente no lo es y es más negativo para nuestra relación con él que le impidamos su presencia.