¿ Menores en un funeral? Si o no.
Menores en un funeral ¿Es correcto?
Existe la creencia generalizada de que los menores en un funeral, velatorio o entierro no deben estar. Este hecho se puede corroborar en la práctica. Si nos acercamos a cualquier tanatorio e intentamos ver la cantidad de niños que hay veremos que normalmente es cero. Puede que haya alguno cuando ya son de cierta edad pero muy pocos y poco tiempo sin duda. Incluso existe encuestas sobre el tema que lo confirman. En el año 2014 se realizó una encuesta en Gran Bretaña. Esta encuesta mostró que el 48 % de los adultos consideraba que los niños menores de 12 años no deberían acudir a los funerales. Este porcentaje será mayor cuanto más baje la edad del menor.
Menores en un funeral: argumentos a favor y en contra
Existen múltiples razones tanto para estar con nuestros menores en un funeral como para no estar. La más habitual para los que dicen que no es el ambiente presente en el tanatorio y el cementerio. La actitud triste de las personas que allí acuden, la forma en que pueden mostrar sus emociones pueden producir un impacto negativo no solo en el momento que se producen, sino a más largo plazo.
Por el contrario la mayoría de profesionales que han estudiado el tema en el ámbito de la psicología o la educación expresan la opinión contraria. Defienden que la relación que los niños tienen con el concepto de la muerte es mucho más cercana de lo que los padres creemos. Argumentan que nos sorprenderían sus reacciones y la entereza con la que afrontan el proceso.
Es verdad que nosotros vemos esta realidad a través de los ojos adultos. Pero los menores en un funeral pueden interpretar de otra manera que no entendemos todo lo que pasa a su alrededor. Hay que tener en cuenta que antes todos los velatorios se realizaban en casa de forma natural. En el pasado no se desterraba a los niños del domicilio en estos casos, más bien todo lo contrario. Los pequeños se encontraban en la casa normalmente y a nadie sorprendía.
El concepto infantil de la muerte
Por otro lado el concepto de la muerte está en muchas de las cosas que les suceden cada día. Por ejemplo seguro que los niños han visto algún animal muerto en la calle, en el campo o en alguna carretera durante un viaje. Y por otro lado cuando ven la televisión la muerte aparece en múltiples ocasiones. Puede argumentarse que no es una muerte real, pero cuando la madre de Bambi muere quien no se ha sentido acongojado y desamparado por muy niño que fuera.
Hay otro argumento que los educadores y los psicólogos favorables a la presencia de los niños en un funeral esgrimen. Puede ser más traumático si nos referimos a una persona cercana al niño, el hecho de que simplemente desaparezca sin más. Si el niño no puede despedirse como el desea puede tener un vacío que no podrá llenar. En ese caso es sin duda mejor que vaya al velatorio o a la inhumación.
Menores en un funeral: ellos tienen la última palabra
Por último hay una cosa en la que si debemos estar todos de acuerdo. La decisión última siempre debe ser del menor, nunca de sus padres y tutores. Obligar a un niño a ir a este tipo de ceremonias si él no quiere si que es contraproducente. Si finalmente la decisión del niño es acudir debemos seguir una serie de pautas para hacerle más fácil la situación. Pero ese es un tema que trataremos en otro artículo.