Historia de la corona en los funerales

Funerales y flores ¿Desde cuando están juntos?

Vamos a hablar de la historia de la corona en los funerales. Estamos acostumbrados a la visión de las coronas funerarias y flores en diversos formatos en los funerales, velatorios y entierros. Pero seguro que nos hemos preguntado en alguna ocasión de dónde procede esa tradición, porque se colocan flores aquí.

La cueva de Shanidar

El primer vestigio documentado de la colocación de flores en tumbas data de hace 62000 años. En el año 1951 el arqueólogo Ralph Solecki y un equipo de la Universidad de Columbia estaba realizando unas excavaciones en la cueva de Shanidar. Esta cueva se sitúa en pleno Kurdistán iraquí. Allí encontraron nueve esqueletos neandertales. El arqueólogo decidió enviar a la paleo-botánica francesa Arlette Leroi-Gourham muestras del suelo para que las analizará. Dicha doctora descubrió restos de aquilea, hierba de San Juan, jacinto de la una, botón del soltero, abrepuño, malvarrosa y azulejo. Llegó a la conclusión de que su llegada a ese punto se debía a la mano del hombre. El difunto que allí yacía podría ser un curandero que fue enterrado con sus pertenencias. Se basa en que en los cadáveres contiguos también se encontraron pertenencias de los muertos.

Historia de la corona: el ciclo de la vida

Desde ese punto y a lo largo de la historia la ofrenda de flores en los funerales ha sido constante. Tanto en velatorios como en cementerios. Con el paso del tiempo en todos los sitios donde se documentan las flores en los funerales se reconocen en forma de corona. Esta historia de la corona tiene una explicación muy sencilla. En épocas paganas simbolizaba el ciclo de la vida, el hombre nace, vive y muere. Según algunas religiones o creencias el hombre vuelve a renacer, ya sea a través de la reencarnación o de la resurrección. El círculo es una forma geométrica que no tiene ni principio ni final, nunca acaba, y la vida también, de una forma u otra siempre continua.

En nuestra cultura cristiana se fusionó también con facilidad debido a que siempre se relacionó de dos formas. Además de con el ciclo de la vida mencionado en nuestro caso a través de la resurrección, con la forma de la corona de espinas de Cristo durante su calvario y crucifixión.

Las flores perfuman

Pero más allá de cualquier explicación más o menos simbólica la colocación de las flores sobre todo durante los velatorios tiene una explicación mucho más simple y práctica. La historia de la corona es mucho más pragmática.

En la actualidad nos hemos acostumbrado a ver a los difuntos en la zona llamada túmulo en los modernos tanatorios . En ellos el cadáver del fallecido se encuentra separada de nosotros por un cristal. Dentro se encuentra en unas condiciones de temperatura y humedad óptimas para su conservación hasta la hora del sepelio. Pero esto no fue siempre así. Desde tiempos inmemoriales los velatorios se celebraban en las casa particulares. Entonces era inevitable que debido a la descomposición de los cuerpos hubiera un hedor insoportable. Para evitarlo se halló una solución muy útil. En dicha estancia se colocaban flores, que en un principio no eran solo coronas sino también ramos o centros. En ciertos lugares y ocasiones para combatir con más potencia el olor de los cadáveres se ayudaba con inciensos al aroma de las flores.

Podemos concluir que este homenaje que realizamos a nuestros difuntos con las flores para funerales tiene una explicación muy práctica. Con el paso del tiempo se ha ido adaptando a las diferentes culturas relacionándolo con la vida, la muerte y la vuelta a la vida nuevamente.

 

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