El bronce. Cómo conseguir que luzca
Dos sistemas infalibles para que el bronce quede limpio
El bronce está en los accesorios de muchas tumbas, nichos y mausoleos. Desde simples y pequeñas letras hasta grandes estatuas de esta aleación bella y robusta. También por jardineras donde vamos colocando las flores que recuerdan a nuestros difuntos y embellecen el lugar de su último descanso. Cuando hemos de decidir como debe ser la última morada de un ser querido hemos de tener en cuenta todos los detalles. La conservación posterior es uno de estos elementos.
En un artículo anterior ya hablamos por encima de como conseguir limpiar el bronce, pero como es un tema tan delicado nos gustaría explicarlo con más extensión. Hablaremos tanto las causas del deterioro como los remedios caseros más empleados para su limpieza.
Bronce ¿Sabemos que eliminar?
Primero hablaremos del elemento que queremos eliminar. Por diversas causas medioambientales como la lluvia, la humedad, la contaminación, el salitre si estamos cerca del mar y otros más el bronce tiende a crear una capa de un color verdoso llamada pátina . Esta pátina puede ser de diversos tipos, llegando a existir una que los expertos llaman pátina destructiva que llegar a corroer y eliminar los elementos de bronce. Todos estos adornos de bronce suelen estar recubiertos con un barniz especial que con el tiempo desaparece. Este proceso deja al descubierto el bronce y crea finalmente esta capa o pátina. Es un error por tanto el limpiar en exceso o repetidas veces las jardineras para los ramos o las letras porque aceleramos el proceso de deterioro. Esto es precisamente lo que queremos evitar.
Bronce: los procedimientos de limpieza correctos
Una vez dicho todo esto vamos a especificar los dos procedimientos más comunes para conseguir limpiar el bronce. Antes debemos decir que el resultado no será nunca volver a ver el bronce como el día que se colocó. Conseguiremos que no aparezca la capa verdosa que nos pueda incomodar a la vista.
Limpiar el bronce oxidado
El primer procedimiento tiene como fin limpiar el bronce oxidado y es así. En primer lugar lavamos todos los elementos con agua tibia y secamos a fondo para eliminar cualquier partícula de polvo. Ahora debemos aislar el bronce del resto de la lápida o lugar donde lo tengamos colocados. Se puede hacer con abundante papel, plástico o cinta adhesiva, ya que cualquier gota de la mezcla que vamos a usar deteriora otros materiales adyacentes.
En un plato o cuenco colocamos dos cucharadas de bicarbonato sódico con una pequeña cantidad de zumo de limón. Lo mezclamos hasta obtener una pasta suave (es interesante añadir el zumo poco a poco hasta obtener la textura adecuada). Esta mezcla formará burbujas al principio, pero desaparecen rápidamente hasta crear la pasta. Cuando hemos obtenido la pasta la aplicamos sobre el bronce con un pequeño paño.Por favor usen guantes de látex porque el contacto con el ácido del limón puede deteriorar el estado de sus manos.
La aplicación se debe hacer con pequeños movimientos circulares y sobre todo con mucha paciencia. Hacedlo en varias ocasiones hasta que obtengáis el efecto deseado. Dejad actuar esta pasta durante una ½ hora y posteriormente limpiar con agua tibia y una toalla. Con calma y paciencia para llegar a todos los rincones. Si observamos que al finalizar aún quedan restos de pátina podemos repetir el proceso.
Bronce. Limpiamos y conseguimos efecto pulido
La segunda forma de limpieza se inicia también con un lavado a fondo de los adornos de bronce, primero con un paño seco, brocha o pincel y luego con agua tibia. Una vez hecho esto pasamos a mezclar en un cuenco pequeño sal y harina a partes iguales y después añadimos vinagre blanco (de ese que podemos encontrar en cualquier tienda para limpieza) gota a gota. El objetivo es obtener una pasta que tenga la consistencia de una pasta de dientes. Volvemos a insistir en la necesidad de usar guantes para aplicar esta pasta con un paño. Existen unos trapos especiales para pulir, si podemos encontrarlos es mucho mejor su uso para esta parte del trabajo. Dejamos actuar unos 30 minutos y aclaramos con abundante agua tibia hasta eliminar cualquier resto. Este segundo procedimiento consigue una mayor efecto de pulido.
Por último deciros varias cosas sobre el bronce. Aunque estos procedimientos son efectivos nunca conseguiréis que el bronce luzca como el día que se colocó. Por otro lado el realizarlo de forma excesiva puede conllevar un deterioro más rápido. Nuestro consejo, la pátina verdosa, si no es destructiva, proporciona un efecto envejecido en esta aleación que le da un carácter especial. Baste decir que existen personas que piden que se haga de forma artificial con un proceso químico para que así no tarde tanto tiempo en aparecer. En nuestros cementerios, sobretodo en algunas zonas húmedas es inevitable que aparezca rápidamente. En algunos casos es mejor aprender a apreciar su belleza.