Ambivalencia. Un síndrome del duelo.

Ambivalencia. ¿Ante que nos encontramos?

La ambivalencia es una característica que se da en muchas relaciones humanas. El síndrome de duelo ambivalente es otro de los que los psicólogos estudian dentro de las posibilidades de lo que ellos llaman un duelo complicado. Estamos como en otros artículos hablando de duelos que no siguen el proceso normal que debería llevar a cabo cualquier doliente por la muerte de un ser querido.

¿Que es la ambivalencia?

La ambivalencia se define como aquel estado de ánimo, que puede ser transitorio o permanente, en el conviven dos sentimientos o estados opuestos.

La ambivalencia está muy presente en las relaciones humanas. Desde niños hasta ancianos las relaciones con otras personas nos llevan a tener sentimientos encontrados con otros.

A nosotros nos interesa la ambivalencia siempre desde el punto de vista de la psicología. El psicólogo que inició el estudio del concepto de ambivalencia en psicología fue Bleuler. El gran maestro Freud tomó sus estudios para desarrollar su teoría sobre este síndrome.

Los estudios más desarrollados en el terreno psicológico sobre la ambivalencia versan sobre las relaciones personales entre personas vivas. Nosotros queremos hablar del síndrome del duelo ambivalente por la muerte de un ser querido, pero antes debemos entender la ambivalencia en las relaciones humanas para entenderlo.

La ambivalencia en psicología.

Las personas tomamos cualquier decisión durante nuestra vida teniendo en cuenta tres elementos que están en nuestro cuerpo, en nuestra mente para ser más exactos.

Antes de continuar siempre que hablamos en nuestro blog de problemas psicológicos durante el proceso de duelo hacemos hincapié en el hecho de que no somos psicólogos. Ante cualquier problema que observemos debemos acudir a un profesional sin dudarlo. Una vez dicho esto prosigamos.

Los tres elementos que formar parte de la toma de decisiones son el elemento cognitivo o racional, el elemento afectivo o emocional y el elemento conductual.

Vamos a explicarlos un poco.

Elemento cognitivo.

El elemento cognitivo o racional se basa en el conjunto de conocimientos o creencias que tengo sobre algo o alguien. Aquí entran en juego dos factores que nos ayudan a actuar.

Por un lado tenemos en cuenta todos aquello que hemos aprendido durante nuestra vida. Este conocimiento puede haberse obtenido a través del aprendizaje o la experiencia personal acumulada.

Pero también somos esclavos de la cultura en que nos encontramos. Nuestra religión, nuestro país y otros factores nos influyen desde nuestra más tierna infancia. Esto nos da unas creencias que nos influyen en todo.

El elemento afectivo.

El elemento afectivo es mucho más personal y mucho menos racional. Si hablamos de la relación que tenemos con otras personas a lo largo del tiempo tenemos una opinión formada sobre ellas.

Cuanto mayor es la relación o cercanía con esa persona mayores serán los factores que nos ayudarán a formar la opinión sobre ella. Las consecuencias de esas decisiones respecto a esas personas también nos afectaran más a nivel emocional cuanto más potente sea esa relación.

El elemento conductual.

Este tercer elemento es también muy personal. Aquí lo que influye es nuestra manera de actuar.

Cada uno de nosotros tenemos un carácter muy nuestro. Nuestra forma de actuar es también muy personal. La manera en que hacemos las cosas y reaccionamos ante cualquier factor también influye ante la toma de decisiones. Cada persona tiene su forma individual de afrontar cualquier asunto en su vida.

 

La valencia.

La valencia es otro concepto que maneja la psicología. Podemos definirlo como el interés o rechazo hacia una determinada cosa, persona, animal, etc. Lo que nos gusta tiene valencia positiva. Al contrario lo que nos disgusta tiene valencia negativa.

Si colocamos el prefijo ambi- que significa ambos comprenderemos el significado de ambivalencia. El objeto, animal, o persona nos produce ambos sentimientos.

Ambivalencia en  la pareja.

La ambivalencia esta ampliamente estudiada sobretodo en las relaciones de pareja. Nosotros vamos a tomar como ejemplo los estudios realizados por Walter Riso.

En las relaciones de pareja discierne cuatro causas principales. La primera es el apego sexual. La valencia positiva se produce cuando se mantienen relaciones sexuales. Cuando la pareja debe relacionarse en otro ambiente la persona con ambivalencia siente la valencia negativa.

La intolerancia a la  soledad puede ser otra de las causas de ambivalencia. Cuando la persona ambivalente esta sola añora a la pareja. En cuanto esta aparece y está a su lado lo que añora es la soledad.

La tercera de las causas es el miedo al compromiso. En este caso el o la ambivalente no desea un compromiso fuerte, pero no se lo dice a su pareja en un principio.  Cuando la relación avanza y el compromiso aumenta se produce el rechazo hacia la otra persona. Pero a la vez la queremos.

La cuarta y la que más nos interesa en nuestro blog es la culpa. Se produce cuando una persona no es capaz de acabar con una relación de pareja. En la distancia es cordial con su pareja, pero cuando están cerca la relación es al contrario.

El síndrome de duelo ambivalente.

La ambivalencia tras la muerte de una persona se suele dar en relaciones conflictivas. Cuando nos referimos a este tipo de relaciones estamos pensando en maltrato a la pareja o a los hijos o cualquier otro tipo de abusos.

En estos casos el doliente presenta igualmente los dos sentimientos encontrados. Por un lado aparece la lógica tristeza que se da por la desaparición de alguien cercano a tí, con el que has tenido una relación fuerte.

Pero por otro lado aparece la valencia positiva. Si volvemos al ejemplo de los maltratos o abusos la desaparición de la persona supone también la desaparición de los abusos. Es un sentimiento perfectamente comprensible y lógico.

Y aquí enlazamos con la culpa. La persona no sabe comprender  sus emociones. El choque entre ambos sentimientos no puede asumirlo y el sentimiento de culpa se apodera de él.

La ambivalencia llevada a su máximo extremo.

Este último párrafo solo para daros un consejo. Un comportamiento ambivalente puede tener una causa psíquica más profunda. En algunas personas puede estar vinculado a algún tipo de trastorno mental. La esquizofrenia, la neurosis obsesiva o la psicosis son algunos de ellos.

Contemos siempre con la ayuda de los profesionales.