La aflicción durante el duelo ¿Podemos ayudar?
La aflicción es muy fuerte. Yo te ayudo
En otros artículos de este blog hemos tratado cuales son las diferentes etapas del duelo y como afrontarlas. En este nuevo post vamos a intentar orientar a aquellas personas cercanas. La aflicción que siente una persona cuando pierde a alguien puede ser muy profunda. Nosotros podemos contribuir a superarla ¿Pero cómo?
La mayoría de las personas que acuden a un velatorio o un funeral desaparecen rápidamente después de la ceremonia de despedida.En el mejor de los casos van hasta el cementerio. Es cuando realmente se palpa la pérdida de forma fidedigna. Volvemos a la casa o a los lugares que compartíamos con el difunto y él o ella no está. En muchas ocasiones es positivo contar con el apoyo de un amigo o amiga para poder superar esta aflicción. Lo primero que debemos desechar son algunas ideas muy extendidas sobre como debe actuar la persona durante el duelo.
Que no debemos hacer durante el luto
Una de las frases más manidas y socorridas para estos casos es la de el tiempo lo cura todo. Aunque no es nuestra intención lo que podemos transmitir es que no debemos hacer nada. Decirle que simplemente debe esperar a que el paso del tiempo nos haga olvidar en cierta manera lo que ha ocurrido. En diversos artículos de este blog hemos dicho que el proceso de duelo es un proceso activo, se deben tomar decisiones. Cada uno toma las decisiones en el momento en que se siente preparado y esa es la diferencia entre nosotros, pero la pasividad jamás debe ser una opción. La aflicción no desaparecerá por si sola.
Otra de las cosas que se suelen decir en estos casos es algo parecido a “a él (o ella) no le gustaría verte así”. Damos la impresión de que la persona no ha muerto, de que sigue en esta vida y que con nuestro sufrimiento sufre ella también.
“Hay que ser fuerte” es otra expresión que pretendiendo ayudar al doliente no logrará su objetivo. Una persona en esta situación debe aceptar la muerte. Si nos hiciera caso puede llegar incluso a bloquearse emocionalmente, a no dejar aflorar sus sentimientos y acabar en una apatía total. Cada uno debe sufrir las fases del luto y dar un paso adelante para superar el trance.
Tampoco debemos llevar de un lado a otro a quien pierde a alguien con el afán de que se distraiga y no piense en lo que pasa. El efecto es muy parecido al que señalamos en el párrafo anterior. Lo que tenemos que conseguir es que asuma la realidad, no que la ignore.
Para evitar esta aflicción que podemos hacer nosotros
Quizás lo mejor en principio es no hacer nada. Debemos aceptar que el duelo tiene diferentes etapas y que hay que superarlas. Es positivo saber que cada uno de nosotros procesa el duelo de forma diferente y debemos respetarlo. Hay que entender que si queremos ayudar debemos observar que se añora al que se ha ido y que la rabia, el enfado, la afirmación, la negación u otras manifestaciones son idóneas en su caso. Debemos, eso si, estar atentos a que no presenten signos de depresión u otros que indiquen que necesita un profesional.
Hay que estar activo para reaccionar
El simple hecho de ayudarle en las tareas domésticas es más positivo que cualquier cosa que podamos decir o hacer. El intentar que se activen a través de una actividad tan cotidiana puede ser un principio. No hace falta decir nada, pero en el momento que se decida a hablar, a compartir con nosotros sus sentimientos y emociones, debemos saber escuchar, comprender y consolar. No intentes evitar el reconocimiento del hecho, una persona ha muerto y eso es así por mucho que duela. Lo que hay que hacer es reorganizar una vida y lo debe hacer por su propia iniciativa, tú solo debes dar tu apoyo.
Es lógico que tú no puedas estar todo el tiempo con él, pero intenta no perder el contacto. Preocúpate por esa persona, llámala, invítala a salir de vez en cuando, a dar un paseo o a tomar algo. Acude a cualquier acto que se celebre en memoria del difunto para que cuente con tu apoyo ya sea en el cementerio, parroquia o laico. Aunque solo vayamos los dos a comprar unas flores es suficiente Eso será importante para él o ella.
Y por último observa siempre su evolución. Cada uno tenemos nuestros tiempos en este caso, pero se debe avanzar. Si vemos que una persona se estanca o entra en una depresión grave actuemos. Debemos aconsejarle que se ponga en manos de un profesional. Esa situación se escapa de nuestro alcance y las acciones que tomemos, aunque sean con buena voluntad pueden ser negativas.
Espero que si buscabas ayuda para actuar en el caso de un amigo o familiar te hayamos ayudado.