El judío y su rito funerario. Otro ejemplo de ritual.

El judío y la muerte

El ritual funerario judío es el que nos ocupa hoy. Continuamos así explicando las peculiaridades del rito funerario según las diferentes religiones y culturas.

Un judío ortodoxo no debería ver la muerte como algo trágico. Esta vida no es más que una etapa más en nuestro camino. De la misma manera que los cristianos creen que algún día resucitaremos y aquellos elegidos por haber hecho el bien serán recompensados por Dios.

Hay que destacar que la cultura judía, y por tanto todos los judíos, tienen un gran respeto por la vida. Cualquier acto es válido si su fin es salvar una vida humana. Incluso se pueden violar algunos mandamientos divinos con ese fin.

Al mismo tiempo sienten un gran respeto por la muerte. El fin de todo el ritual que se lleva a cabo en un funeral judío es honrar al fallecido y llevar consuelo a la familia y parientes. En esta religión los más allegados al difunto (llamados onen) están eximidos de sus obligaciones religiosas con el fin de preparar el funeral.

Inicio del rito judío. La muerte

Cuando una persona muere las primeras decisiones de la familia deben ser rápidas y son sencillas. Llamar al rabino y a la funeraria. Son las dos instituciones básicas para despedir a un difunto. La primera a nivel espiritual, la segunda a nivel tanto físico como administrativo.

Inmediatamente después del fallecimiento deben cerrarse los ojos del cadáver. Desde ese momento el cuerpo debe estar tapado, exhibirlo es deshonroso.
Es también muy importante que no esté nunca solo. Para este menester existen los llamados Shomerim o guardianes. Estas personas están encargadas de acompañar al cuerpo en todo momento. En presencia del cuerpo jamás comerán ni beberán nada en señal de respeto. Este servicio es voluntario y muy apreciado en la cultura del pueblo judío. Existen de todas formas personas que las funerarias pueden aportar (como explicamos en el artículo de las plañideras) si así lo desea la familia.
La tercera acción a realizar es colocar una vela en recuerdo de que “el alma es la luz del Señor” (proverbios 12.21). Es el único detalle que se permite en esta sala. No es adecuado, si eres un judío ortodoxo, que haya ningún ornamento. De esta manera se tapan espejos u otros objetos decorativos. Por la misma razón no se colocan flores, aunque esto se puede obviar con el permiso del rabino.

Plazo para enterrar según el rito judío.

El entierro se debe realizar en el menor tiempo posible. Si puede ser en las primeras 24 horas. Pero existen algunas excepciones que permiten retrasar ese momento:
*Si el objetivo es honrar al fallecido de alguna manera.
*Cuando se aguarda la llegada de algún pariente o parientes lejanos o que residan en otro lugar.
*El día del Shabat
*Si el entierro se quiere hacer en la tierra de Israel.

El rito judío: la Tahara.

Al igual que pasa en el rito musulmán en el rito judío se realiza un baño del cuerpo para purificarlo. Igualmente se procederá a hacerlo por personas del mismo sexo que el fallecido, ya sea hombre o mujer. Nunca debe colocarse el cuerpo boca abajo.
Una vez finalizado el baño ritual se procede a vestir el cuerpo del difunto. El cuerpo se cubre con una túnica de lino blanca llamada Takhirikhin. Al hombre además se le coloca el Talit que usó en vida. Este talit es una especie de chal que se usa en los oficios religiosos y oraciones por los hombres.
Finalmente se coloca el cuerpo dentro de un ataúd. Este ataúd se llama Aron y debe tener algunos agujeros. El fin de estos orificios es que una vez enterrado el cuerpo vuelva a la tierra. Un judío ortodoxo jamás será quemado.

El funeral judío

El momento en que se despide al difunto en el rito judío es muy breve y sencillo. No suele durar más de veinte o treinta minutos. Se realiza el Tziduk Hadin (aceptación de la justicia divina) El rabino pronuncia alguna reflexión sobre la muerte o el fallecido.
Es muy importante tener en cuenta dos detalles. El primero, como ya hemos dicho es tener en cuenta que las flores deben estar ausentes. El segundo es que tampoco debe estar presente la música. Pero como todo en esta vida evoluciona en la actualidad ambos detalles pueden estar presentes en la ceremonia con el permiso correspondiente del rabino.
Una vez finalizada esta ceremonia se procede al entierro del cuerpo. Tras este momento la familia se lavará las manos.

Todo este período que hemos contado desde la muerte al entierro se llama Anninut. En él se considera inapropiado ponerse en contacto con la familia para dar el pésame.
Tras el entierro un allegado a la familia se encargará de preparar una comida en recuerdo del fallecido y para señalar que la vida continua. Es un ritual muy importante y en ese momento ya se puede dar el pésame.

El duelo judío.

Vamos en este apartado a explicar brevemente las tres etapas del duelo judío que están muy establecidas.

Shiva

Este periodo comprende los siete días posteriores a la muerte del familiar. La forma más apropiada de hacerlo es estar reunidos en casa de la persona que ha muerto. Deben allí realizarse los rezos del día a ser posible.
Cualquier demostración de alegría está por supuesto prohibida, por ejemplo la asistencia a fiestas lo está expresamente.
Se puede acudir a ofrecer apoyo a la familia. Siempre se entrará en silencio y se hablará sobre el fallecido. Asimismo se tendrá una vela encendida en su memoria.
Durante el shabat si se podrá salir para acudir a la sinagoga.

Shloshim

Se trata de un periodo de treinta días donde la familia vuelve a la vida cotidiana. Pero existen algunas prohibiciones en este periodo. No se puede cortar el cabello, escuchar música, afeitarse, maquillarse o asistir a cualquier tipo de celebración.

Avelut

Este periodo dura doce meses y debe ser observado por los hijos del fallecido. En este plazo debería evitarse fiestas, conciertos, teatros, cines, etc.
También debe rezarse la oración del Kaddish todos los días. Aquí finaliza el luto que contempla el rito judío.

Yahrzeit

Tras este periodo de doce meses se prohíbe cualquier otra manifestación de luto. El colofón de todo este ritual es la celebración del primer aniversario de la muerte. Todos encienden una vela que deberá estar prendida 24 horas para recordar al fallecido.